El pasado miércoles 26 de diciembre fue un día particularmente convulso para el mercado laboral español. En un solo día las bases de datos de la Seguridad Social registraron más de 274.000 bajas de trabajadores y un volumen de altas también inusual, de 230.000, para un saldo agregado de cerca de 43.000 puestos de trabajo perdidos en una sola jornada.
Estos movimientos espasmódicos no son inusuales en un mercado de trabajo del que entran y salen decenas de miles de trabajadores todos los viernes y lunes del año, y de forma más masiva en los periodos de ocupación más estacional como la campaña navideña o la época estival, pero la magnitud de este movimiento en esta época del año no tiene precedentes en la serie histórica (ver gráfico).
El asunto es que el fenómeno se produjo, además, el primer día hábil tras la aprobación definitiva el pasado 21 de diciembre por el Consejo de Ministros del Real Decreto que sancionaba la subida del 22% en el Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros mensuales, comprometida por el Gobierno de Pedro Sánchez en el marco del pacto con Podemos.
Lo que dicen los datos oficiales publicados por el Ministerio de Trabajo es que ese mismo viernes día 21 las empresas dieron de baja a 171.036 trabajadores y el miércoles siguiente se registraron otras 274.073 bajas. El Gobierno, no obstante, desvincula este movimiento de contratos de la aprobación del nuevo Salario Mínimo Interprofesional. «No hemos visto nada en los últimos días del año que nos permita deducir que la subida del Salario Mínimo ha tenido alguna influencia en las decisiones de los empleadores», ha explicado el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado. «Y ya hemos dicho que desde el Gobierno no esperamos que tenga una influencia significativa en la creación de empleo».
Granado subrayó que con la foto completa del mes de diciembre ya sobre la mesa la evolución del mercado de trabajo tanto en el conjunto del mes de diciembre como en los últimos días del año no ha diferido mucho de su comportamiento en otros años: pico de contrataciones en la primera quincena de diciembre y reducción progresiva de las mismas en los últimos días. De hecho, el número total de afiliados cayó el último día hábil para los registros de la Seguridad Social por debajo de los 19 millones después de alcanzar un pico de 19.076.470 el día 19.
El análisis no es compartido por las organizaciones empresariales. CEIM, la patronal madrileña dirigida por Juan Pablo Lázaro – el hombre fuerte de la nueva CEOE de Antonio Garamendi – ha vuelto a recordar al Gobierno que el alza del Salario Mínimo supondrá «costes adicionales, no previstos por las empresas, que se trasladarán al empleo».
«No hay que pagar peores salarios para que la situación mejore»
El Gobierno se reconoce incómodo con la acogida que organismos e institutos de análisis han tributado a la medida, que en el Ministerio de Trabajo observan como esencial no sólo para desarmar el modelo de competitividad por bajos salarios que entienden fomentó el Gobierno del PP sino también para garantizar la sostenibilidad de las pensiones
Trabajo aprecia como en las últimas semanas se ha construido un relato en torno a que la subida del Salario Mínimo tendrá un inexorable coste en puestos de trabajo y está decidido a rebelarse ante el mismo. Lo dejó claro el secretario de Estado de Seguridad Social: «En el Gobierno estamos decididos a demostrar que no tenemos que pagar peores salarios para que la situación mejore, sino al revés».