El origen de las Conservas Serrats, se encuentra en L’Escala, en un año incierto… Lo que sí sabemos es que el primer “José Serrats” persiguiendo a su gran amor, la anchoa del Cantábrico, llegó al País Vasco. Exactamente a Bermeo, al pueblo pesquero donde fundó la primera fábrica de Serrats en 1890. Y es allí, en Bermeo, donde definitivamente echan sus raíces y donde a día de hoy, 125 después, siguen elaborando estas ricas conservas.
Esta primera fábrica, distaba del puerto escasos cien metros y sin embargo, su máxima preocupación, era que aquel delicioso pescado no perdiera un ápice de frescura en el traslado desde el puerto hasta la fábrica. Allí, le recibía ansioso para elaborar, conservar y poder ofrecer a lugareños y a habitantes de los sitios más remotos, las delicias de nuestro mar Cantábrico.
Mucho ha llovido desde aquel 1890, pero la continua modernización e innovación por parte de los miembros de la saga familiar ha hecho posible que de un pequeño taller de salazón naciera un grupo pesquero integrado por fábricas de conservas, filiales salazoneras, planta de secado de bacalao y embarcaciones propias. Una historia que hoy en día continúa presente en Bermeo donde todo comenzó, estando la quinta generación de Serrats al frente de la firma.
A pesar de todos los cambios que se han dado en su alrededor y los obstáculos que han ido apareciendo en su recorrido, aquel deseo inicial de ofrecer unas conservas de la máxima calidad, ha permanecido siempre invariable. Adaptándose así, a las necesidades de nuestro entorno. Y esta es una de las claves principales para que puedan decir satisfechos que han cumplido más de 125 años.
Entre sus productos podéis encontrar deliciosas conservas elaboradas a mano de forma artesanal de Bonito del Norte, Anchoas del Cantábrico, Boquerones, Sardinillas, Mejillones, Berberechos, Caviar de Erizo…
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