Gerónimo Rulli ha vuelto a sonreir. El guardameta deja de lado su etapa más complicada como jugador de fútbol y afronta este 2019 con más optimismo que nunca. Tras comenzar la temporada como titular, el argentino se convirtió en suplente a primeras de cambio, pero desde la llegada de Imanol Alguacil a los banquillos tiene la suerte de su lado.
El 1 realista ha sido clave en los últimos partidos de la Real Sociedad para que el equipo no dejase puntos por el camino. Ha vuelto a sentir las sensaciones de ser un hombre importante y explica cómo fue su anterior año: «El 2018 fue de aprendizaje: con el inicio, la lesión en Europa, el tema del Mundial, el volver aquí, que la cosa se tuerza y pasar lo que pasé el día del Rayo en Anoeta… No estaba cómodo conmigo, con lo que hacía, y eso era equivocarme. A la hora de jugar pensaba en muchas cosas y no me centraba en lo que tenía que hacer, que era parar las pelotas. Afronté 2019 con la idea de recuperarme, de progresar y volver a disfrutar y estoy en el camino», destaca el argentino.
Su 2018 no será recordado como un año agradable, y explica ante los periodistas que sufrió mucho ante su situación: «Pasé por momentos de frustración, tristeza y angustia, sobre todo por ver llorar a mi mujer, pero trabajé en los entrenamientos con Luis Llopis y fuera de la cancha con Imanol Ibarrondo -coach-, a los que debo mucho, y busqué lo mejor para mí, para reconciliarme y creo que hoy puedo decir que estoy en paz conmigo mismo», recuerda Rulli. Aunque añade cómo quiso mejorar esta fase: «Por mi cabeza no pasaba otra cosa que darle la vuelta a la situación. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba en una cancha y el volver a ganarme minutos me ha servido mucho».
Todo esto supone que está teniendo una competencia dura con Miguel Ángel Moyá, el otro portero de la Real Sociedad. Pese a la disputa por ser titular, Rulli afirma que lo vive con intensidad: «Jugar ahora me supone sentir que me gano los minutos, que me lo he merecido. Ahora disfruto de ser titular, antes lo veía como mi trabajo de los fines de semana. Ahora lo veo como que me toca y que lo tengo que hacer lo mejor posible, porque si no igual el siguiente fin de semana no me toca».
Además, cuenta lo que le ocurrió con Moyá en los momentos previos a un partido de esta campaña: «Hubo un día, antes de la vuelta de Copa contra el Celta, que le pedí perdón por mi actitud, por si creía que estaba enojado, que lo estaba conmigo mismo, no con él, y a partir de entonces hemos tenido muy buenas charlas», destapa Rulli.
Por último, ha querido agradecer al cariño recibido por parte de la afición donostiarra en esta etapa como realista: «Siempre me sentí querido y noté el apoyo de la afición, la gente se portó increíble, ahora más que nunca, que la gente se dio cuenta que de verdad quiero a este club y quiero revertir la situación por la que pasé», destaca el argentino.