Ayer, lunes, comenzó ante el Tribunal Correccional de París el juicio contra los ex miembros de ETA Iratxe Sorzabal y David Pla, arrestados en Iparralde en 2015.
Pese a que inicialmente fueron inculpados como dirigentes de una organización terrorista, los jueces instructores consideraron que no había suficientes pruebas y al final decidieron no encausarlos por ese cargo, por lo que la principal acusación que pesa contra ellos es la de actividad terrorista.
El proceso está considerado como el último juicio en Francia contra miembros de ETA encarcelados.
Pla ha afirmado ante el tribunal que desde 2010 la actividad de ETA estuvo dedicada por entero «al proceso de paz». «Desde el año 2010, ETA ni ha hecho acciones armadas ni ha buscado información para objetivos de acciones armadas ni ha fabricado explosivos ni ha cobrado el impuesto revolucionario», ha declarado.
Ha recalcado que «la actividad de ETA a partir de 2010 está totalmente unida al proceso de paz». Pla, que se enfrenta en este proceso a una pena máxima de 10 años de cárcel, ha contado que la dirección de ETA le había encargado desde 2010, junto a otros activistas a los que no quiso identificar, la representación para intentar negociar.
Cuando se le ha preguntado si el asesinato del policía francés Jean-Serge Nerin en marzo de 2010 -el último muerto de ETA- o el gendarme que resultó herido un año después en un tiroteo habían sido acciones de autodefensa, el Pla ha replicado que el compromiso de no usar las armas era de septiembre de 2011.
Igualmente ha indicado que «ETA ya ha mostrado su pesar» por la muerte de Nerin y que el tiroteo de los gendarmes en 2011 fue «un hecho que desearíamos que no se hubiera producido».