La Audiencia de Gipuzkoa juzga a un joven por maltratar y violar en dos ocasiones a su compañera sentimental, una menor de 14 años, a la que presuntamente causó un aborto durante una de las agresiones.
La Fiscalía de Gipuzkoa y la acusación particular, que ejerce la víctima, demandaban inicialmente 22 años y medio de reclusión y 20 días de localización permanente para este joven por diferentes delitos de violación, maltrato no habitual, coacciones leves, amenazas leves y vejaciones injustas.
No obstante, en el trámite final del juicio, que ha tenido lugar a puerta cerrada este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, el Ministerio Público ha aumentado su petición de condena al añadir un delito de aborto en sus conclusiones definitivas.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, la víctima y el procesado, que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, mantuvieron una relación sentimental entre 2014 y junio de 2017, período durante el que ambos convivieron siete meses en el año 2016 en una habitación alquilada de una localidad guipuzcoana.
El texto del Ministerio Público precisa que «desde el inicio de la relación sentimental» el hombre «mantuvo una actitud autoritaria y agresiva» con la menor de manera «continuada, sistemática y persistente» con el objetivo de «imponer su voluntad y su posición de dominio en el seno familiar».
Para ello, presuntamente le propinaba puñetazos, bofetadas, empujones, le tiraba del pelo y le golpeaba con el palo de una escoba y con las sillas del domicilio, además de controlarle la manera de vestirse y maquillarse, «impidiéndole relacionarse con sus amigos y controlando sus relaciones sociales».
Además, el inculpado le dirigía frases como: «Si no estás conmigo no vas a estar con nadie», «si estás con alguien te vas a arrepentir» y «si no eres mía no serás de nadie».
El texto relata un hecho concreto ocurrido en un día indeterminado del verano de 2016 en casa de la madre de la chica, cuando, «ante la negativa» de la víctima a mantener relaciones sexuales, el procesado se abalanzó sobre ella, la tiró al suelo y presuntamente la violó.
Un mes más tarde, en septiembre del mismo año, el inculpado inició una discusión con la chica que estaba embarazada, tras lo que la agarró del pecho y la lanzó al suelo, donde supuestamente le propinó «patadas» y «tortazos en la cara», hechos a consecuencia de las cuales la menor «sufrió un aborto».
En otra oportunidad, el 4 de enero de 2017, el joven, actuando «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales», le pegó «varios golpes», la aferró con fuerza del cuello «hasta que perdió el conocimiento» y volvió a violarla.
Días después, el acusado mantuvo una nueva discusión con la perjudicada en la empresa en la que él trabajaba, donde «le propinó dos tortazos en la cara, le tiró del pelo y la agarró del pecho».
El documento de la Fiscalía aclara que, como consecuencia de este incidente, los juzgados dictaron una orden de protección que impedía al joven comunicarse con la chica y aproximarse a ella, a pesar de lo cual, el 1 de febrero de 2018, él acudió al domicilio de la menor, la agarró del pechó, la arrojó al suelo, le propinó puñetazos en la espalda y en la cara y le escupió, al tiempo que le decía: «ahora vas y denuncias».
Debido a todos estos hechos, la chica padece una afectación psicológica «compatible con una situación de desigualdad característica de la violencia de género».