El Palacio de Miramar de San Sebastián acogerá el próximo 26 de febrero la gala del recientemente creado Instituto del Pintxo Donostiarra. En el transcurso de la gala, se entregará la Barandilla Honorífica a dos establecimientos hosteleros donostiarras, La Espiga y Bar Vallés, y se recordará a dos personalidades del mundo del pintxo ya fallecidas, Alfonso González (Astelena) y Josetxo Marañón (Txepetxa).
Además, en la gala se darán a conocer los establecimientos de la ciudad que han obtenido la Barandilla de Plata, el reconocimiento que entrega el Instituto reconociendo la calidad y el cumplimiento del decálogo de calidad establecido.
El Teniente de Alcalde, Ernesto Gasco, quiso apuntar que “con esta gala queremos rendir un homenaje a la hostelería donostiarra que nos ha llevado a ser lo que somos en el ámbito de la gastronomía ya no solo a nivel del Estado sino en muchos lugares del mundo. No en vano, recientemente la costumbre de ir de pintxos en Donostia fue considerada como la mejor experiencia gastronómica del mundo. Por eso quisimos poner en valor el esfuerzo que durante décadas nuestros bares han realizado y proteger esta tradición, potenciando y manteniendo la calidad, la elaboración y las buenas prácticas. Disfrutamos de un patrimonio cultural gastronómico propio como es el pintxo, reflejo de nuestra idiosincrasia y tradición, que hay que poner en valor”.
En la Gala se conocerán las Barandillas de Oro, que reconocerán la excelencia, calidad, y elaboración del pintxo, y medio centenar de Barandillas de Plata para los establecimientos que han superado con nota la visita del comité de expertos y, por tanto, cumplen con los requisitos establecidos en el Decálogo del Pintxo Donostiarra.
El decálogo
El decálogo elaborado por el comité de expertos entiende el pintxo como una expresión de nuestra cultura gastronómica en la que se pone en valor el producto. Es una elaboración culinaria que se degusta en dos o tres bocados, bien sea en formato de pintxo tradicional o en su evolución hacia la cocina en miniatura, elaborado en el propio establecimiento.
Entre las condiciones que también tienen que cumplir los establecimientos que opten a la Barandilla de Plata figuran que los pintxos se puedan degustar en la barra, sin la obligación de usar las mesas, que se fomente el consumo individual del pintxo, absteniéndose de entregar un plato, salvo petición expresa, y sin diferencias en la oferta gastronómica para la clientela local y la foránea.
Además, se les recomienda que mantengan la costumbre del cobro al finalizar el servicio.