No se puede pretender curar todas las enfermedades del mundo, pero sí se puede prevenir
enormemente el riesgo de desarrollar algunas de las más comunes. Cada vez más personas
occidentales se ven afectadas por enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades
cardiovasculares, alergias, obesidad,… Y aunque las causas y síntomas de éstas son diversas, es posible que se pueda usar el mismo método de prevención para todas ellas.
La inflamación es la base común a estas afecciones. Es una reacción natural de nuestro
organismo para eliminar sustancias extrañas y dañinas, pero un nivel excesivo de inflamación puede causar patologías graves. Por tanto, controlar la inflamación podría ser la clave para prevenir o tratar las enfermedades crónicas.
Hasta hace poco, un error común era pensar que los lípidos son simplemente moléculas de
grasa, sin embargo, los avances recientes demuestran que son biomoléculas complejas,
actores clave en la regulación de la inflamación.
Los cambios en la estructura, función y expresión de los lípidos pueden inducir enfermedades.
Al formar parte del metabolismo cambian de forma continua, y al contrario de los genes,
pueden modularse a través de la dieta, enfocada a patologías concretas y/o prevención.
Por tanto, en base a nuestro perfil lipídomico podemos conocer nuestra situación celular y la propensión a padecer una serie de enfermedades relacionadas con la inflamación, lo que nos permite diseñar unas pautas dietéticas personalizadas para ayudar a prevenirlas, abriendo aún más la puerta a la medicina personalizada.
Información suministrada por Lipigenia, líder en nutrición en Donostia