Hay etapas en la vida en las cuales nuestro organismo se encuentra más debilitado.
Síntomas como trastornos del sueño, dolores de cabeza o problemas
gastrointestinales, entre otros, son la razón principal de visita médica, generalmente
ocasionados por el ritmo de vida que llevamos.
En el ámbito de la asistencia médica, el efecto del estrés como elemento generador de
enfermedad es poco reconocido y por tanto, no se invierte en su prevención.
Sabemos que las condiciones que determinan nuestra “resistencia al estrés “, se
diseñan desde el interior de nuestras células y se modulan a través de la dieta.
Por ello, dependiendo de la condición de partida en la que se encuentran nuestras
células, lidiar con el estrés de un modo más eficaz puede ser más fácil o difícil. Todos
los micronutrientes están implicados de una forma directa o indirecta con el equilibrio
emocional, pero hay algunos que intervienen más directamente en las reacciones de
tolerancia al estrés. Una vez más, la clave está en la alimentación.