Según el centro Azti Tecnalia, las posibilidades de que llegue la mancha de fuel del mercante Grande de América casi en su totalidad a la costa cantábrica es del 50%, ya que el viento la ha desplazado 100 kilómetros hacia Las Landas y la costa vasca.
En mayor o menor medida, pero «antes o después llegarán restos», sentencia el vigilante de la mancha de combustible, Manuel González. «El volumen del vertido está lejos del Prestige, de 60.000 toneladas a 2.000», compara González. «De manera apreciable, podríamos ver galletas y manchas a partir de finales de mes y principios de abril si ninguna borrasca la desplaza».