El Instituto Nacional de la Seguridad Social ha reconocido como enfermedad profesional un carcinoma pulmonar que desencadenó la muerte de un hombre que trabajó en la empresa guipuzcoana de fundición Fundike.
La víctima fue operario de Fudike durante 17 años, trabajando tanto en la planta que esta empresa tuvo en Tolosa, como en la actual de Ibarra.
El sindicato solicitó a Osalan una investigación sobre la posible vinculación del cáncer que padecía el operario con las condiciones de su puesto de trabajo, pero Fudike «no pudo aportar ningún tipo de documentación relativa a la seguridad y salud de sus empleados anterior al año 2012».
«Por este motivo no se han podido confirmar las afirmaciones que hace la empresa de la existencia de medidas de prevención adecuadas en la planta de Tolosa, ni hay datos objetivos que determinen cuánto polvo de sílice había en el ambiente en dicho centro de trabajo», ha subrayado esta central.
CCOO ha reclamado a las empresas que «se tomen más en serio su obligación de velar por la seguridad y salud de los trabajadores, realizando una gestión de la prevención de riesgos laborales eficaz que proteja de forma real la salud de los trabajadores».