Un oficial y un comandante de la Policía francesa han sido acusados de un delito de apropiación indebida por quedarse con más de un centenar de armas, diversa munición y 80 detonadores que ETA entregó en su desarme entre los años 2017 y 2018.
El arsenal, que tenía que haber sido destruido tras su entrega, ha sido descubierto en un depósito ilegal de la ciudad de Arras.
Según la información publicada por Le Point, el oficial transfirió las armas a su superior, quien era el responsable de custodiar el depósito. El almacén contaba con una cámara de vigilancia que fue inutilizada, aunque el «sabotaje» fue grabada por otra cámara que los agentes desconocían.
En su defensa, ambos policías se declararon unos «apasionados de las armas» por lo que finalmente no han sido acusados de tráfico sino de apropiación indebida.
El oficial ha sido expedientado y se ha iniciado un proceso disciplinario para expulsarlo de la Policía.