Las mascarillas son dispositivos creados para evitar la transmisión de enfermedades contagiosas y la inhalación de contaminantes del aire, así como intentar garantizar la protección del personal sanitario y personal de apoyo frente a contaminantes ambientales y patógenos. Con este objetivo de protección existen 2 grandes grupos de mascarillas que están reguladas por diferentes normativas y tienen un objetivo también diferenciado: Mascarillas Quirúrgicas, con las que se trata de evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de quien utiliza la mascarilla y Mascarillas de Protección, cuyo objetivo es el filtrado del aire inspirado protegiendo al usuario de la inhalación de partículas contaminantes y/o microorganismos.
Mascarillas Quirúrgicas
Las mascarillas quirúrgicas son las que con mayor frecuencia vemos y que también pueden considerarse mascarillas higiénicas. Tienen una función que posiblemente no es bien conocida por la mayor parte de la población, ya que no trata de evitar la contaminación de la persona que la lleva, sino al contrario el objetivo del que lleva una mascarilla quirúrgica es no contaminar a los demás.
No podrían considerarse de seguridad bidireccional, sino que su diseño evita la salida o diseminación de agentes patógenos, presentes normalmente en boca o nariz. Por tanto es una mascarilla que lleva por ejemplo el personal sanitario con el fin de evitar la transmisión de una infección al paciente o a una herida. Lo mismo sucede cuando una persona con resfriado, infección respiratoria,… lleva una mascarilla quirúrgica: su objetivo es evitar contaminar a los demás, no protegerse a sí mismo. En menor medida la mascarilla quirúrgica también puede proteger al usuario de los vertidos de líquidos potencialmente contaminados procedentes de pacientes.
Una mascarilla quirúrgica evita que el usuario se vea afectado por la contaminación del aire exterior? Sí, pero en muy poca medida; se considera que el aire en el interior de la mascarilla quirúrgica (entre la propia mascarilla y la zona de cara cubierta) es entre 1,5 y 3 veces más limpio que el aire exterior, lo que pone en duda la protección bidireccional de este tipo de mascarillas.
Según esto, quién debiera utilizar una mascarilla higiénica o quirúrgica? Aquellos que presenten una infección respiratoria e intenten evitar la contaminación del resto de personas; también el personal sanitario (aunque no exista una infección respiratoria conocida) cuando es preciso mantener unas condiciones de asepsia y podríamos ampliar también a las personas (aunque no tengan infección respiratoria) que puedan tener contacto con personas inmunodeprimidas.
Las mascarillas quirúrgicas están constituidas por diferentes capas que funcionan a modo de filtro y que deben tener una eficacia de filtración bacteriana (BFE) superior al 95%. Existen diferentes clasificaciones de las mascarillas, pero la clasificación más básica es la que se basa en la Eficacia de Filtración Bacteriana, existiendo en este sentido 2 tipos de mascarillas quirúrgicas:
- Mascarilla Estándar Tipo I, con una eficacia de filtración bacteriana (BFE) igual o superior al 95%
- Mascarilla Estándar Tipo II, con una eficacia de filtración bacteriana (BFE) ≥ 98% y una eficacia de filtración de partículas (EFP) ≥ 95%
Existen mascarillas quirúrgicas de diferentes formas y modos de sujeción, lo que puede determinar pequeñas diferencias en cuanto a la eficacia de la sujeción, el confort,… siendo muy importante que tenga un buen ajuste del contorno a la cara con el fin de minimizar la entrada y salida de aire por los laterales, aire que no tendría ningún proceso de filtrado. Así podemos encontrar mascarillas preformadas o de bozal, mascarillas planas (las más habituales), mascarillas pico de pato,…
Igualmente es muy importante el modo de colocación de la mascarilla quirúrgica, ya que va a determinar su efectividad como capacidad de filtrado; la mascarilla tiene 2 caras, una de ellas blanca y la otra de color (variable, lo más habitual de color azul o verde), y debe siempre utilizarse la mascarilla con el lado blanco en contacto con la nariz y boca, por lo que hacia el exterior se verá la cara coloreada de la mascarilla.
Mascarillas de Protección
Las mascarillas de Protección, también denominadas respiradores y mascarillas autofiltrantes, cuyo objetivo es prácticamente el contrario a las mascarillas quirúrgicas; en este caso se trata de ‘proteger’ al usuario de la mascarilla de protección, evitando la inhalación de elementos contaminantes y patógenos.
Esta protección del usuario se ve reflejada en la calidad y limpieza del aire en el interior de la mascarilla, que en este caso es entre 4 y 50 veces más limpio que el aire exterior.
Por qué hay tanta variabilidad en los datos aportados por la limpieza del aire (entre 4 y 50 veces)? Porque en función de la capacidad de filtración existen 3 clases de mascarillas de protección, denominadas FFP1, FFP2 y FFP3. La capacidad de filtrado de estas mascarillas se obtiene mediante una combinación de un filtro mecánico y electrostático, y realizando pruebas estándar con aerosoles y aceite de parafina, el porcentaje máximo de penetración admitido es del 20% para mascarillas FFP1, 6% para FFP2 y del 1% para la clase FFP3 (máxima capacidad de protección).
Por tanto las mascarillas de protección pueden considerarse bidireccionales y protegen al usuario de la contaminación exterior; en función del tipo y tamaño de contaminante del aire pueden recomendarse mascarillas de protección con un Factor de Protección (FFP) diferenciado.
En casos de viriasis (como puede ser la gripe, el coronavirus,…) las autoridades sanitarias suelen recomendar el uso de mascarillas de protección FFP2 en aquellas personas que tienen relación con pacientes sospechosos de viriasis o incluso pacientes en los que se ha confirmado dicha viriasis.
Al respecto hace unos días el Departamento de Salud del Gobierno Vasco publicó los Protocolos de Vigilancia Epidemiológica en relación al Coronavirus (incluimos un resumen del Protocolo-Coronavirus-2019-nCoV_Recomendaciones_Minimas) y establece que el personal sanitario en contacto con pacientes sospechosos o confirmados de infección por coronavirus, utilicen mascarillas de protección de nivel FFP2.
Recomendaciones en el caso de Infecciones de transmisión aérea
Con el fin de evitar la propagación de la infección, deben establecerse medidas de prevención que permitan evitar la transmisión de los diferentes patógenos (responsables de la gripe, SARS, coronavirus, sarampión, tuberculosis pulmonar,…) que afectan al árbol respiratorio, incluidos los menores de 5 micras y que proceden de las vías respiratorias del paciente
Se deben aplicar medidas de prevención para evitar la transmisión de microorganismos menores de 5 micras que proceden de las vías respiratorias del enfermo y que quedan suspendidas en el ambiente o persisten en el tiempo. Se incluyen microorganismos causantes de enfermedades como tuberculosis pulmonar, bronquial, o laríngea, varicela o sarampión, herpes zóster diseminado o localizado en enfermos inmunodeprimidos. En cuanto a uso de mascarillas, genéricamente puede ser recomendable el uso de mascarilla quirúrgica o higiénica por parte del paciente con el fin de disminuir o minimizar la emisión de microorganismos al aire a través de la tos, estornudos,… mientras que tanto el personal sanitario, cuidadores,… es recomendable que utilicen una mascarilla de protección de clase FFP2 cuando se encuentren en el mismo entorno que el paciente.