La Real da el primer paso hacia la final de copa ganando al Mirandés 2-1 en un partido marcado por los nervios y el ansia. Todos eramos conocedores ayer de que lo ideal era sacar un resultado mínimamente abultado, ya que la vuelta en Anduva será muy complicada, pero el equipo no fue capaz de mostrar su mejor versión y fue superado por un equipo muy serio que aguantó los 90 minutos a una altísima intensidad.
La afición respondió de manera increíble al llamamiento del club, acompañando al autobús txurirurdin hasta el estadio, llenando la Avenida de Madrid de banderas y bengalas que crearon una atmósfera única. El propio Imanol en rueda de prensa señaló que el recibimiento fue tal, que les llegó a consumir energía antes del partido. Sus palabras se han sacado un poco de contexto, llegando a criticarle por dichas declaraciones. Para mi no van más allá, creo que simplemente quería transmitir el nerviosismo que muchos de los jugadores sintieron ayer durante el partido y que tanto perjudicaron al equipo.
La Real fue por delante en todo momento del partido, primero adelantándose con un penalti transformado por Oyarzabal y tras el empate, con una buena definición de Odegaard antes del descanso. Sin embargo, no fue capaz de generar peligro en ningún momento, a excepción de una clara ocasión que tuvo Portu nada más empezar el segundo tiempo, que Limones, portero del Mirandés, repelió. El gol rojillo fue obra de Matheus Aias que fue un continuo quebradero de cabeza para la defensa.
El partido fue aburrido, con una Real muy incomoda, en gran parte por la gran presión del Mirandés, que no era capaz de sacar el balón como suele hacerlo. La defensa, muy blanda, sufrió con las contras de los visitantes y como muchos de nosotros temíamos, encajó un gol. Además, Remiro tuvo que emplearse en varias ocasiones para que los rojillos no ampliaran su casillero. Iraola le dio un baño táctico a Imanol desde el primer minuto hasta el último, pareciendo la Real en todo momento el equipo más débil en el campo.
El partido no fue como se esperaba, pero el resultado, visto lo visto, hay que darlo por bueno. Incluso Iraola en rueda de prensa declaró que estaba contento, pero que le hubiese gustado conseguir el empate. La vuelta en Anduva se presenta muy tensa, pero tenemos que confiar en el equipo. Este año el equipo fuera de casa está siendo muy fiable, consiguiendo grandes resultados y tenemos tres semanas por delante para corregir todos los errores de ayer y firmar una buena actuación.