Sendagrup, centro médico de Donostia, nos explica las causas del crujir de nuestras rodillas
Un apoyo subiendo las escaleras, crac en el tobillo; un estiramiento para coger una lata de conservas de la alacena, crac en el codo; flexión para recoger un papel del suelo, crac en la rodilla; comprobación a ambos lados en un cruce mientras conduces, crac en el cuello… Son situaciones cotidianas a las que asociamos un ruido muy característico, pero, ¿por qué se produce y qué es ese sonido de nuestras articulaciones?
Estos ruidos, son ruidos fisiológicos normales. Hay personas más propensas que otras, pero eso no significa que estén sufriendo algún daño interno. Esto es, al menos, lo que nos indican los médico especializados en traumatología Para que vuelva a ocurrir precisa una especie de periodo de recarga y eso impide que podamos decidir el momento exacto en el que aparecen. Los crujidos son la consecuencia de un fenómeno denominado cavitación, por el que el líquido sinovial, que se encarga de lubricar las articulaciones, libera una serie de gases que provocan pequeñas burbujas que explotan.
Lo más destacado de los recientes estudios, es que el líquido sinovial es como el aceite en la cadena de una bicicleta. Se encarga de engrasar los engranajes para que funcionen con fluidez y el deporte tiene una incidencia en ese proceso. El ejercicio físico hace que las articulaciones generen más lubricante, lo que es beneficioso y disminuye la frecuencia de los chasquidos, nos recalcan desde el centro médico
De hecho, suelen ser más habituales tras periodos de reposo prolongado. Es por eso que, por las mañanas, después de horas inmovilizados en la cama, son frecuentes los crujidos en varias partes del cuerpo. A veces, esos chasquidos son necesarios y hacen que «la persona se sienta más ligera, elástica y más suelta», nos indican
Para más información, visita www.sendagrup.com