Un caldo pleno en sabor, cultura e historia, en Sidrería Arizia, tu sidrería en Zarautz. «El vermú o vermut es un vino macerado en hierbas servido durante los aperitivos, compuesto de vino blanco, ajenjo y otras sustancias amargas maceradas. Típicamente europeos, con un aroma característico que les da una elegancia particular para un cóctel o aperitivo.Se diferencian dos corrientes claras en el mundo del vermut: los que no quieren modificar el tradicional vermut o los que abren su campo de miras y buscan darle un toque innovador a este producto que puede admitir muchas variables. EDABE está claramente situado en el segundo grupo, ya que se elabora con un alto porcentaje de sidra natural, consiguiendo un resultado sorprendentemente armonioso, con la presencia de la manzana al entrar y la complejidad de los botánicos a continuación.Se podría pensar que un caldo de estas características, vasco, y además hecho con sidra, pudiera resultar agresivo o por lo menos que hubiera que realizar cierto esfuerzo al probarlo. Nada más lejos, nos encontramos ante una bebida dulce sin llegar a ser empalagosa, donde reina el equilibrio entre el trío dulce-ácido-amargo. El esfuerzo hay que ponerlo en moderarse para un consumo responsable.
La artífice de este brebaje es Maite Arregui licenciada en farmacia y con un máster en enología innovadora.
Hija de los dueños de la bodega, cuenta que su pasión por la botánica comenzó cuando de pequeña acompañaba a su abuela a dar el paseo y ésta le enseñaba los beneficios de las plantas curativas que tenemos en nuestros campos (la verbena, la pasmobelarra, el zaingorri…). Los conocimientos sobre la sidra se los enseñó su padre, Juan Arregui, que siempre plantea formas alternativas y diferentes puntos de enfoque para lograr sus productos.
La fusión de ambos mundos llega con la elaboración de «Edabe», que significa «pócima» en euskera, queriendo poner sobre la mesa el trabajo de muchas mujeres curanderas que libraban de los males a la gente de alrededor.
Y la guinda de este producto es su etiqueta, que curiosamente, muestra «La caída del hombre, de la pequeña pasión» de Albrecht Dürer, la escena del pecado original, buscando representar la importancia de la manzana en el producto y el despertar del humano hacia un producto nuevo, diferente.
Diferente como este nuevo vermut con sidra.