El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció ayer el cierre de todos los comercios excepto farmacias y supermercados como nueva medida de contención ante el coronavirus.
Así, ha pedido la suspensión de «todas las actividades comerciales excepto la de aquellas tiendas que estén vinculadas con las necesidades básicas y las farmacias».
«Cerramos los bares, los restaurantes, los hoteles, los pubs y las peluquerías», ha afirmado Conte, que ha confirmado, sin embargo, que las fábricas seguirán con sus actividades siempre y cuando «puedan garantizar la seguridad de sus trabajadores».
El coronavirus ha dejado ya en Italia 820 muertos y más de 12.500 contagiados.