El Gobierno acordó ayer con Bildu la derogación íntegra de la reforma laboral de Mariano Rajoy, que tendría que ser efectiva «antes de finalizar las medidas extraordinarias por la COVID-19», a cambio de «no obstaculizar la prórroga del estado de alarma». No obstante, horas después el PSOE rectificó.
El acuerdo inicial del Grupo Socialista con Bildu, firmado por la portavoz socialista, Adriana Lastra, contemplaba la derogación total de la reforma laboral. Bildu celebró el acuerdo y sus líderes, como Arnaldo Otegi, celebraron públicamente el logro arrancado por la formación al Ejecutivo. «Cuando Bildu es decisivo, mejora la vida de la gente», tuiteó Otegi. La alegría duró bien poco, apenas tres horas, cuando el PSOE envió un comunicado de rectificación en el que modificaba íntegramente el texto del acuerdo y lo sustituía por el pacto de gobierno de Sánchez e Iglesias.
El nuevo acuerdo con Bildu, a la espera de la reacción de la formación vasca, es una copia, palabra por palabra, del acuerdo de investidura firmado hace unos meses por el PSOE y Unidas Podemos. En concreto, se trata del punto 1.3 de dicho acuerdo. Hasta tal punto es el mismo acuerdo, que incorpora el compromiso de derogar el despido por absentismo justificado, una medida que ya aprobó el Gobierno el pasado 18 de febrero. En otras palabras, el PSOE obliga a una claudicación total a Bildu en el punto de la reforma laboral, y también desautoriza públicamente a Lastra.
El nuevo acuerdo también lleva la palabra ‘derogación’, pero es mero maquillaje. La realidad es que solo contempla tres cambios parciales en la reforma laboral de Mariano Rajoy del año 2012. El primero es el ya mencionado de los despidos por absentismo, medida que además no se introdujo con la reforma de 2012 sino que ya existía desde hacía décadas. El segundo es la recuperación de la ultraactividad de los convenios colectivos (que no caduquen a su vencimiento hasta que no sean reemplazados) y, por último, la eliminación de la prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial.