Tras una negociación apurada, PSOE y Unidas Podemos han decidido eliminar de sus propuestas de reconstrucción el impuesto a los ricos.
Lo que finalmente recoge el documento pactado entre ambos es una política fiscal que avance hacia una «mayor capacidad recaudatoria también guiada bajo criterios de progresividad». «Una fiscalidad más justa y redistributiva, para asegurar que los beneficios del crecimiento económico redunden en el conjunto de la ciudadanía». Es una propuesta muy genérica, sin concreción, en la que piden «reducir la brecha fiscal con Europa» y una «progresividad de nuestro sistema fiscal, con el fin de que aporten más quienes más tienen para que reciban más quienes más lo necesitan», pero sin mención expresa a ese impuesto a la riqueza.