La incertidumbre económica y laboral está llevando a muchas familias a buscar alternativas financieras con las que salir del paso ante cualquier gasto inesperado. Todo lo que ha traído consigo el coronavirus ha provocado que el miedo se apodere de muchas facetas del día a día y que, cuando se mire al futuro, no se pueda afirmar nada a ciencia cierta. Hay un gran desconocimiento y misterio por los próximos meses.
Por eso mismo, los españoles van tanteando opciones de financiación más flexibles e incluso buscan e internet la posibilidad de acudir a los tradicionales préstamos personales. Estos, que ya llevaban una carrera meteórica con peligros de morosidad latentes por el exceso de solicitudes antes de que explotara la COVID-19 en nuestro país, no se postulan ahora como la mejor opción para seguir adelante.
Y eso vuelve a llevarnos a internet y la búsqueda de opciones. Así, el consumidor medio español empieza a sondear la fórmula de las financieras online, de los préstamos por internet alejados de las entidades bancarias. ¿Son la opción más adecuada? La respuesta corta es no, aunque hay matices que deben tratarse. Su modelo sí plantea ventajas frente al del préstamo tradicional, y conocerlo es conveniente para poder evaluar con mayor precisión la eficacia de su propuesta.
¿Ofrecen ventajas de verdad los préstamos en línea?
Lo primero que se debe hacer es informarse sobre la fórmula exacta que ofrecen los préstamos online. Si observamos el mercado actual, podemos ver muchas financieras haciendo ofertas con intereses al 0%, pero a la vez sujetas a plazos de devolución de 30 días; también se pueden encontrar otras entidades brindando la posibilidad de pedir créditos de 1.000 euros a obtener en menos de 24 horas y otras que, directamente dan libertad total.
Ciertamente, hay una flexibilidad bastante interesante si vemos todos los modelos de préstamo online que existen, si quieres verlos todos, puedes consultar y mirar más información aquí. No obstante, a mayor cantidad y variedad, también hay un mayor índice de riesgo con las premisas que se prometen. Seamos francos, hay ventajas muy interesantes en estos créditos, pero también hay problemas graves que pueden causar un peligroso efecto rebote en tu trámite del crédito.
Las ventajas
La primera ventaja a destacar es la agilidad para realizar la solicitud. No hay esperas, no hay grandes acumulaciones de documentación, no hay tampoco que esperar por reuniones ni estar pendiente de la aprobación o denegación del crédito. El proceso cambia por completo, amoldándose a las funciones y exigencias de los tiempos modernos, al potencial de internet.
Por eso mismo, pedir un crédito online suele ser algo que solo lleva unos segundos. Coges el teléfono o el PC, abres tu navegador, entras en la web de la financiera o del banco en cuestión y pides el dinero que necesitas. Solo se suele necesitar rellenar un formulario y aportar algunos datos para verificar la identidad. Así se completa un proceso con el que se suele obtener una respuesta de inmediato y el ingreso en muy poco tiempo.
Algo que suena tan sencillo como es en realidad, pero que también debe ir acompañado de la máxima precaución. Las desventajas de este modelo son pocas, pero son bastante peligrosas.
Las desventajas
Luego está la cara mala de la moneda, y una que jamás debe subestimarse. Estos créditos, en el caso de que la compañía no sea del todo fiable, pueden venir acompañados de unos intereses y comisiones demasiado elevadas. Hablamos, de hecho, de cantidades finales a pagar que pueden valer el doble o el triple del importe de dinero que se ha pedido, algo que resulta extremadamente abusivo y perjudicial para el solicitante.
Asimismo, suele haber una mala coordinación entre plazos de devolución e importes máximos. Un préstamo de 1000 euros a devolver en un mes es algo prácticamente inviable. Y sí, muchas entidades abren la posibilidad de solicitar prórrogas para poder mitigar este impacto, pero otras tantas también emiten cargos extra por cada aplazamiento, cosa que entra en conflicto con la protección del cliente.
Es una balanza delicada que obliga a andar con mucho cuidado y, si es posible, recurrir a otra opción mucho menos complicada. Usar los ahorros que se hayan acumulado siempre es una opción mucho más cómoda y fiable, pero, en el caso de ser necesario recurrir a un préstamo, la vertiente online es tan atractiva como peligrosa. Exige andarse con mucho cuidado, observar cada detalle y cláusula de los contratos, amén de analizar las valoraciones de consumidores previos para poder escoger con mucho mejor criterio.
Si necesitas recurrir a los créditos de internet, recuerda todo esto. Solo conociendo las dos caras de la moneda se puede tener el criterio adecuado para ahorrar problemas a corto, medio y largo plazo. El arrepentimiento no perdona las deudas, sobre todo cuando hay financieras exigentes de por medio.