Un vecino del municipio de Mataró (Barcelona) se enfrenta a delitos de allanamiento de morada y coacciones por recuperar su propio domicilio que desde hace seis años ocupaba un matrimonio de forma ilegal
Los ‘okupas’ se fueron de vacaciones a Ibiza y pusieron una alarma en el domicilio, pero Manuel, el propietario del piso -que tras seis años de litigios no había conseguido soluciones -, se armó de valor y entró: «Yo llamé a la puerta, vi que no había nadie y hice como ellos, entré sin más».
Cuando se reencontró con su hogar el panorama era desolador, había basura por todos sitios, restos de comida, mucha desorganización e incluso habían realquilado algunas habitaciones. Tras la limpieza sacó más de 10 sacos de basura y después volvió a tapiar la puerta.