La fabricación 3D para ortopedias está cada vez más extendida. Supone no sólo una mejora estética, ya que la propuesta sería mucho menos incómoda de utilizar y permitiría al facultativo ofrecer una mejor ayuda para la recuperación del paciente. Por otra parte, evitarían algunos de los «efectos secundarios» que suelen ofrecer las muñequeras ortopédicas, por ejemplo, como sudoración excesiva e irritaciones en la piel.
A pesar del coste actual de las impresoras 3D, este uso no supondría un coste adicional a utilizar las los actuales accesorios prostáticos para personas con artritis, una de las dolencias que más afecta a la población actual, tanto por edad como por lesiones deportivas. De hecho, es potencialmente más barato ya que a medida que estos dispositivos sean más comunes y su uso más generalizado, los costes de impresión bajarán
Si bien una muñequera ortopédica a medida es un lujo en el primer mundo, un uso mucho más interesante en este sentido para las impresoras 3D será el de la creación de prótesis a medida en zonas en conflicto o para que personas que han perdido alguno de sus miembros puedan contar con una a medida.
Otro uso son las gafas inteligentes que permiten a pacientes paralizados o afectados por enfermedades degenerativas como la esclerosis multiple, comunicarse mediante el movimiento de los ojos.
Más recientemente, también se usa para manos prostáticas, consiguiendo un modelo que en lugar de costar 40.000 dólares cuesta 2.000 dólares. Los responsables de la producción aseguran que se podría fabricar prótesis a medida con un tiempo de entre 48 y 72 horas.
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