Polémica por la resistencia de la directora del centro Aiton-Etxe de Oiartzun a vacunar a sus mayores. La directora antivacunas se ha situado a sí misma por encima de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), del Ministerio de Sanidad y del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y ha enviado una circular a las familias de los usuarios en la que les informa de que «se ha decidido no administrar la vacuna contra la COVID-19, a la que ni siquiera llama por su nombre. En su escrito alude, entre otros argumentos, a «efectos secundarios graves a corto plazo», a que es «un producto en fase experimental» y a que «cualquier vacuna requiere ser investigada entre cuatro y diez años» y que no puede funcionar «en unos pocos meses, como es el caso».
No solamente eso: hace unos meses se negó a suministrar la vacuna contra la gripe estacional y los mayores que quisieron recibirla tuvieron que pedir cita en su centro de salud.