Desde el año 1909, Athletic Club y Real Sociedad dejan atrás el mito de que los derbis se caracterizan por la feroz hostilidad entre los aficionados y la violencia previa al partido porque no es eso de lo que trata el derbi vasco. Es una rivalidad sumergida en tradiciones futbolísticas únicas, una identidad política y cultural compartida y una unidad que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo.
El primer encuentro entre ambos clubes tuvo lugar el 4 de abril de 1909 en el estadio de Atotxa. El Club Ciclista de San Sebastián (ahora conocido como Real Sociedad) venció al Athletic de Bilbao por 4-2 en casa en la semifinal de la Copa del Rey, llegando finalmente a ganar la competición.
Después del encuentro de la copa, a pesar de estar separados por poco más de 60 millas, los equipos no se enfrentaron durante más de una década. Durante ese tiempo el Athletic de Bilbao disfrutaba de su éxito en la Copa de España. Consiguieron ganarla siete veces, mientras que la Real Sociedad solo comenzaba a construir su historia como club de fútbol.
Sin embargo, esta diferencia se ha reducido considerablemente en la actualidad gracias al trabajo realizado en las oficinas de la Real Sociedad. Una de las características principales del derbi es su imprevisibilidad ya que, como si de acertar los números de la ruleta en un casino online se tratase, es muy complicado predecir el resultado final del encuentro entre ambos cuando se ven las caras.
Igualdad total en la última década
A pesar de que el Athletic de Bilbao ha terminado más alto en la liga que la Real Sociedad en los últimos diez años, la rivalidad sigue siendo muy competitiva. De hecho, los Leones solo han conseguido dos victorias en el campo de la Real Sociedad desde 2011.
No solo eso, sino que, en 2013, la Real Sociedad permitió que el equipo utilizara el estadio de Anoeta para los dos primeros partidos en casa de la campaña 2013/14 de la Liga. El Athletic necesitaba alojamiento temporal mientras su nuevo estadio de San Mamés estaba todavía en construcción, un gesto bastante improbable de ver si estuviesen involucrados otros equipos rivales como Atlético de Madrid y Real Madrid.
Dejando a un lado las rivalidades, ambos conjuntos de aficionados participan en una marcha conjunta al estadio conocido como «kalejira», en lugar de estar divididos por la seguridad como es habitual en este tipo de partidos. Los hinchas disfrutan de unas copas y aperitivos, así como
de participar en un concurso de cánticos antes de salir a pasear hacia el estadio.
La singularidad que rodea al derbi vasco es lo que le ayuda a destacar entre las rivalidades futbolísticas. Pese a los intentos de Franco de socavar y casi destruir la región en el pasado, el objetivo principal de ambos clubes, pero sobre todo del Athletic, ha sido simplemente hacer que la región vasca se sienta orgullosa a escala nacional. El mantenimiento por parte del
Athletic de la política de jugar únicamente con futbolistas vascos hasta el día de hoy solo refuerza el hecho de que para ellos la identidad y el orgullo se encuentra por encima de todo.