La saturación del Servicio Vasco de Salud, ocasionado por la incidencia de la COVID-19, ha obligado a Osakidetza a «reprogramar» parte de su actividad no urgente en seis hospitales, entre los que se encuentran el de Donostia y el de Zumarraga.
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha reconocido que el impacto del coronavirus en el ámbito asistencial sigue acrecentándose, con un aumento «importante» en el número de personas ingresadas. No obstante, ha asegurado que la asistencia sanitaria está «garantizada» en Osakidetza, si bien ha reconocido que en algunos casos se puede requerir un ejercicio de «priorización» de recursos, atendiendo a los casos más urgentes.