Crear una empresa desde cero es un arduo trabajo que consta de numerosos elementos. No se trata únicamente de dar forma al producto y comercializarlo. Desde que la idea se vislumbra hasta que se materializa y distribuye, entran en juego multitud de actores y factores que condicionarán la venta del producto.
Entre ellos, el branding o imagen de la marca es uno de los más importantes. La construcción mental de la marca en el consumidor tiene en cuenta diversos aspectos que incluyen desde la comunicación en redes hasta el papel de seda para embalajes que se utiliza. Y es que el consumidor actual, a diferencia de sus padres y abuelos, considera igual o más importante los valores que transmite la marca que el producto en sí.
La importancia del packaging
Comúnmente se conoce como packaging al embalaje externo que recubre la superficie del producto y que lo protege ante posibles golpes y traslados. Hace años el embalaje apenas tenía importancia. De hecho, los productos se protegían con papel o tela y se vendían en tiendas sin importar la apariencia.
Sin embargo, desde finales del siglo XX el packaging asumió otra función adicional. Dado que la competencia de cualquier producto se multiplicó, y en las tiendas y supermercados se podían encontrar varias marcas que ofrecían el mismo producto, la imagen externa pasó a ser un factor decisivo a la hora de adquirir un producto u otro. De este modo entraba en juego el marketing.
En la actualidad los consumidores están acostumbrados a encontrar una infinidad de productos similares. Como consecuencia de esta saturación, las últimas tendencias del mercado muestran la importancia de utilizar el packaging para transmitir una imagen de marca sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Los consumidores del siglo XXI no quieren embalajes coloridos y llamativos; por el contrario, prefieren decantarse por materiales sostenibles y, sobre todo, ajenos al uso del plástico.
Materiales para transmitir una imagen de marca verde
Tras tantos años de uso indiscriminado de plástico, algunas empresas se hayan perdidas a la hora de apostar por un packaging más sostenible para construir, de ese modo, una imagen de marca diferente. No obstante, los materiales tradicionales, los que siempre se han utilizado, presentan numerosas ventajas compartidas por los consumidores.
Las cajas de cartón para embalaje son una de las apuestas más demandadas y sostenibles. Dado que existen de diversos tamaños, se pueden utilizar para productos de diferentes formas y tamaños.
El aspecto interno que presente la caja en el envío es importante desde el punto de vista del marketing. El papel de seda suele ser un éxito asegurado, pues transmite la idea de un cuidado personalizado y atractivo. En este sentido, los expertos del marketing recomiendan utilizar los colores de marca para el packaging, manteniendo en todo momento la coherencia propia de la marca.
Otros materiales sostenibles que se pueden utilizar para recubrir el producto y evitar daños son las virutas de madera (muy apreciadas por los consumidores eco) o las fundas y separadores de cartón.
Además, algunas marcas añaden un pequeño detalle al envío, como una tarjeta de agradecimiento firmada por la empresa o un ticket que incluya un sello o una firma. Todo ello influirá en que el cliente se sienta satisfecho y, sobre todo, que la imagen de la marca sea diferente, personalizada y única.