Desde que la Agencia Neerlandesa de Medicamentos detectó “un número limitado de informes de trombosis” en personas a las que se les inoculó la vacuna de Astrazeneca, han sido seis los países europeos que han decidido suspender su distribución.
Países Bajos se ha sumado hoy a Irlanda, Noruega, Dinamarca, Islandia y Bulgaria, que ya paralizaron este medicamento hace unos días.