El Gobierno ha dado a conocer recientemente su propuesta sobre el nuevo sistema de cotización, que se basará en los ingresos reales de los autónomos. Escrivá presentó los 13 tramos por los que pretende pasen a cotizar los más de 3,3 millones de autónomos en función de sus rendimientos netos. Desde su puesta en marcha en 2023, se establecerá un periodo transitorio de nueve años durante el cual se irán elevando progresivamente las cotizaciones hasta que, a partir de 2032, las cuotas de todos los trabajadores por cuenta propia oscilen entre los 90 y los 1.220 euros al mes.
Así, todos aquellos que facturen más de 22.000 euros anuales verán incrementada su cuota ya en 2023, mientras que cuando termine el periodo transitorio, a partir de 2031, será para todos los que ganen más de 17.000. Cuando esta reforma entre totalmente en vigor, los trabajadores por cuenta propia tendrán que pagar hasta el 55% de sus ingresos al Estado, si se tiene en cuenta tanto el abono de cotizaciones como el pago del IRPF a Hacienda. Esto sería para quienes obtienen unos rendimientos netos superior a 49.000 euros al año, pues tendrían que desembolsar 14.640 euros de cuota y a Hacienda algo más de 12.000 euros en concepto de IRPF, con lo que les quedaría para ellos 22.222 euros de ganancia neta.