Con el objetivo de ofrecer una mayor protección frente a la COVID-19, las compañías Pfizer y BioNTech pedirán autorización a la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos para que se inyecte una tercera dosis de refuerzo.
El comunicado emitido por ambas compañías afirma que una tercera dosis proporciona niveles de anticuerpos neutralizantes de cinco a diez veces más altos cuando se administra seis meses después de la segunda dosis.
Por su parte, responsables de salud de Estados Unidos han especificado que no está claro que se necesite una vacuna de refuerzo y algunos científicos han advertido de que los fabricantes de vacunas pueden estar buscando «incentivos financieros». Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades emitieron anoche una declaración conjunta minimizando la necesidad de una vacuna de refuerzo. «Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una vacuna de refuerzo en este momento», afirman las agencias.