La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a un hombre que obligó a hacerle una felación a una empleada que contrató para llevar a cabo tareas de limpieza en un establecimiento del barrio donostiarra de Amara a doce años de prisión y a compensar con 18.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse en los próximos quince años.
Los hechos ocurrieron en 8 de abril 2016, cuando la mujer acudió al local para hacer su trabajo. Tras quedarse a solas, el hombre fue al servicio y empezó a llamar a la perjudicada, que hizo caso omiso porque el día anterior le había visto «masturbándose en el baño con la puerta abierta». Entonces, el inculpado salió del baño «con el pene erecto y los pantalones bajados», pero ante la «sorpresa» y el «rechazo» que esta acción causó en la víctima, se tapó.
No obstante, indicó a su empleada que le acompañara a otro local cercano para continuar limpiando, pero al llegar la empujó sobre una cama y la forzó para que le realizara una felación. Estos hechos provocaron que la damnificada sufriera diferentes molestias físicas, así como insomnio y náuseas, además de un trastorno adaptativo con ansiedad del que tuvo que ser tratada en un centro de salud.