Los resultados de una investigación publicada en el Canadian Medical Association Journal indican que los adultos menores de 45 años que consumieron cannabis en los últimos 30 días sufrieron casi el doble de infartos de miocardio que los adultos que no consumieron la droga. De hecho, los autores afirman que tanto fumarlo, vapearlo e incluso comerlo, puede estar aumentando significativamente el riesgo de sufrir un ataque de este tipo.
«Más allá del hallazgo principal de que los infartos son más frecuentes en los consumidores de cannabis, lo que encontramos es que cuanto más se consume, mayor es el riesgo», afirma Karim Ladha, científico clínico de Unity Health Toronto y coautor del estudio.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron los datos de salud de más de 33.000 adultos de entre 18 y 44 años incluidos en las encuestas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos en 2017 y 2018. Del 17% de los adultos que declararon haber consumido cannabis en el mes anterior, el 1,3% tuvo posteriormente un infarto, mientras que solo el 0,8% de los no consumidores de cannabis reportó lo mismo.