De tener miedo a expresarse sobre cualquier tema, como el sexo, a poder presumir de juguetes como dildos a los cuatro vientos. Esto es a lo que aspiramos y por lo que vamos a luchar.
Movimiento feminista
Durante los últimos años, la sociedad ha sido cada vez más testigo de una necesaria reivindicación feminista. La mujer, consciente de su papel y de la situación desigual a la que se ha visto sometida, y se sigue viendo sometida, durante décadas o incluso siglos, ha empezado a reclamar el sitio que le corresponde en el mundo.
Mayor igualdad de salarios, trato más justo en el día a día, denuncia de la cosificación y otros muchos factores, tanto grandes como pequeños, que se siguen peleando día tras día para conseguir un mundo más equilibrado para ellas.
Con este nuevo movimiento, ahora más fuerte que nunca, cada vez resulta más frecuente oír hablar de la mujer empoderada. Un concepto que puede sonar extraño a priori, pero que deja poco lugar a dudas. Es el que se usa para hablar, realmente, de la mujer moderna, de aquella capaz de romper las limitaciones que le impone el mundo que la rodea para reclamar lo que le pertenece, acceder al mismo reconocimiento, recursos y toma de decisiones a nivel personal y social que el hombre.
Pero lo cierto es que el concepto va mucho más allá. La mujer del siglo XXI, la mujer empoderada per se, es aquella que se muestra totalmente capaz de dirigir un equipo y pelear por lo suyo, la que logra seguir adelante día a día sin ceder ni un milímetro en sus derechos y sin dejar sitio a que el machismo le reste relevancia.
Pero, ¿qué cualidades definen a una mujer verdaderamente empoderada?
Hemos dado un adelanto a través de varios aspectos que lo dejan claro. No obstante, podríamos citar cinco cualidades concretas que reflejan a la perfección el empoderamiento femenino del siglo XXI. Aquellas que definen realmente a las mujeres del hoy, las que siguen consiguiendo, paso a paso, esos derechos que siempre deberían haber tenido.
La primera, y quizá una de las más importantes, es la autoestima. Parece un detalle pequeño, pero actualmente las mujeres se sienten mucho más seguras de sí mismas y, sobre todo, se valoran mucho más que en el pasado. Se acabó eso de estar a la sombra y cuidado de un hombre. Son más libres y más respetadas y, para conseguir esto último, son ellas mismas las que se respetan más.
Saben que de su propia percepción depende su éxito, por eso fomentan el amor propio, el emprendimiento y la capacidad de saber decir que no a las cosas. Todo esto sería imposible sin un alto nivel de autoestima.
Cabe mencionar también que, de la mano de esa cualidad va otra bastante importante: la capacidad de liderazgo. Una mayor capacidad de empatía y comunicación hace que sean mejores líderes y que, gracias precisamente a eso, veamos cada vez más casos de empresarias de éxito. Importante también este factor, porque ser un ejemplo ayuda a demostrar el potencial del empoderamiento.
Porque esto va mucho más allá de sentirse segura, de hablar libremente de cualquier tema sin estar sometida a juicio o dejarse llevar por las corrientes machistas. Va mucho más allá de entrar con tranquilidad a tiendas como Easytoys.es sin miedo al qué dirán o de tratar la sexualidad sin tapujos o tabúes. Es una revolución necesaria para equilibrar una balanza que lleva siglos desequilibrada.
Por eso mismo, las mujeres empoderadas no solo velan por ellas mismas, también velan por el bienestar de su comunidad. Conectan entre ellas, se comunican entre sí, unen fuerzas y comparten conocimientos y recursos para llegar a más mujeres y seguir progresando. Porque solo así se pueden atajar problemas tan enquistados como la violencia de género.
¿El último punto? La responsabilidad más absoluta. La mujer actual sabe que es plenamente responsable de su vida, sabe que el papel de víctima no va con ella, aunque no por eso deja de lado problemas como la misoginia o la discriminación racial. Está siempre al pie del cañón porque sabe que sus decisiones no solo le afectan a ella, también, poco a poco, afectan a las demás.
El mundo funciona así, está íntimamente interconectado, incluso por los lazos que parecen más débiles. Cada paso al frente es un avance y, hecho con solidez y fundamento, puede suponer un total cambio de paradigma. El empoderamiento femenino es ese combustible que hace falta para seguir avanzando hacia una sociedad más justa con la mujer, hacia una que realmente sepa qué es la paridad, qué es la igualdad y qué es la tranquilidad para un bando que lleva años oprimido.