El poder adquisitivo de los trabajadores y pensionistas españoles ha sufrido en el año 2021 la mayor caída registrada, al menos, en los últimos veinte años.
La diferencia entre el incremento medio de los precios y la subida de los salarios ha aumentado considerablemente por diversos motivos, la mayoría de ellos causados por la crisis de la Covid-19, que aún sigue presente. «Las subidas de los precios de la electricidad y, en menor medida, los carburantes y lubricantes para vehículos personales y el gas» han situado el IPC esté en el 5,5%, tal y como ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística.
Este desmesurado encarecimiento de la cesta básica de productos ha llegado a anular los incrementos salariales y de las pensiones de los que se han beneficiado trabajadores y pensionistas en 2021. La subida del sueldo mínimo aprobada en septiembre -de 950 a 965 euros al mes- fue de apenas un 1,57%, es decir, 3,9 puntos menos de lo que ha crecido el IPC hasta octubre. Por su parte, los salarios acogidos a convenio han crecido, de media, un 1,46% este 2021: cuatro puntos menos que la inflación. Y quienes perciben pensiones mínimas o no contributivas han visto como la cuantía de estas, en términos reales, ha decrecido 3,7 puntos por el aumento de los precios de la luz y los carburantes.