Tras la detención del presunto violador en serie de Gipuzkoa la Ertzaintza encontró diversas imágenes y vídeos en el ordenador del procesado en las que aparecían una docena de mujeres inconscientes y desnudas siendo agredidas sexualmente de forma «explícita». Al parecer, cuatro de ellas fueron violadas en ocasiones distintas y una de ellas incluso entre diez y doce veces. Asimismo, los testimonios de los agentes han desvelado que el acusado hizo llegar uno de esos vídeos, editado con música y textos, a una de las mujeres agredidas.
Gracias a las grabaciones los agentes comprobaron también que la mayoría de las agresiones no fueron denunciadas. Asimismo, permitieron a los investigadores descubrir que el agresor había cambiado su «modus operandi» en 2015, cuando comenzó a utilizar cloroformo y además, comenzó a actuar en el interior de viviendas robando las llaves a algunos compañeros de trabajo.
Por otro lado, la Ertzaintza ha explicado que investigaba al hombre desde 2012, pero que no pudo detenerlo hasta 2019, después de la denuncia formulada por una chica en Beasain a raíz de la cual se obtuvo el ADN del acusado que permitió relacionarlo con los casos anteriores.