El diputado de Medio Ambiente de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y el gerente del centro tecnológico Ceit, Antonio González Prada, han firmado un nuevo convenio de colaboración por valor de 20.000 € para la recuperación de elementos derivados de las tierras raras, de gran valor para la industria tecnológica. Estos elementos, presentes en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos como móviles, vehículos o dispositivos médicos, son fundamentales para sectores como las comunicaciones, la electrónica, la automoción o la medicina.
El diputado de Medio Ambiente, Jose Ignacio Asensio, ha subrayado que “la implicación de universidades y centros tecnológicos en el clúster GK Recycling es vital para seguir avanzando en el uso más eficiente de los recursos, en la reducción de la extracción de materias primas del medio natural, y en promover el alargamiento de la vida de los materiales” Asimismo, la declarado que “la inversión en tecnologías verdes es de gran trascendencia para el desarrollo de la economía circular en Gipuzkoa y la base para un cambio de modelo que permita promover la competitividad económica de las empresas en base a criterios verdes y sostenibles”.
Mediante este acuerdo, ambas entidades intensifican su apuesta conjunta por la recuperación de elementos derivados de las tierras raras. En concreto, el objetivo de este convenio de colaboración es dar un paso adelante en la línea de investigación iniciada en el pasado año entre Medio Ambiente y Ceit para el desarrollo de un proceso solvometalúrgico para el reciclado avanzado del Neodimio (Nd) a partir de imanes residuales presentes en dispositivos electrónicos (RAEE), que representa un alto porcentaje del mercado de elementos derivados de tierras raras.
Dentro de este proyecto, Ceit estudia la viabilidad de emplear disolventes orgánicos y otro tipo de compuestos químicos como los líquidos iónicos para llegar al reciclado de alta calidad de elementos derivados de tierras raras como el neodimio (Nd) y el disprosio (Dy). En este sentido, en esta nueva fase del proyecto se buscará obtener disoluciones ácidas ricas en Nd a partir de fuentes de materia prima secundarias, como los imanes permanentes de NdFeB presentes en los RAEEs.
Como explica Antonio González, gerente de Ceit, “este año consolidaremos el diseño de experimentos que empezamos en 2021 para poder llevar a cabo los procesos de recuperación de neodimio. Al mismo tiempo, trabajaremos en ensayos para la precipitación, adsorción y extracción de este elemento”.
Asimismo, en el marco del proyecto, se iniciará una línea de investigación a fin de maximizar la cantidad de Nd extraída y minimizar el consumo de reactivos y la cantidad de metales no deseados en disolución, como el hierro (Fe).
Apuesta de Gipuzkoa por la economía circular
Todo con el objetivo final de conseguir recuperar el neodimio y el disprosio en forma de óxidos con un grado de pureza superior al 98% y conseguir un rendimiento de proceso elevado. Asimismo, el proyecto pretende implicar, durante su desarrollo, a distintas empresas de Gipuzkoa.
En la actualidad, China cuenta con un tercio de las reservas mundiales de esta materia prima y es el principal exportador de los óxidos derivados de estas tierras. Este control genera incertidumbre, volatilidad en el mercado y una gran dependencia del país asiático por parte de Europa. En esta línea, el diputado ha declarado que “Apostar por la investigación en el reciclaje y aprovechamiento de estos elementos es clave para poder reducir la dependencia de los países europeos, promover el cuidado del medio ambiente y favorecer la economía circular.”
A este respecto, es destacable que, actualmente, se generan alrededor de 12 millones de toneladas al año de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en Europa. Este tipo de residuos aumenta año tras año y las tasas de reciclaje de algunos de sus materiales suelen ser bajas. Estos residuos contienen componentes, como los imanes permanentes, que están compuestos de elementos derivados de tierras raras.
En este sentido, la Unión Europea ha identificado las materias primas críticas contenidas en los dispositivos electrónicos, como una de las cinco corrientes de residuos de atención prioritaria en su política de recuperación de materiales de alto interés estratégico.