La reforma del Reglamento de Extranjería, un decreto que flexibiliza trámites para conceder autorizaciones de trabajo y que, como principal novedad, permitirá a inmigrantes sin papeles con dos años en España regularizar su situación si se forman para cubrir empleos poco demandados, fue aprobada ayer por el Gobierno español.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha considerado que la reforma permitirá abordar con mejores instrumentos los retos migratorios y propiciar una migración «regular, ordenada y segura». El Ministerio busca así favorecer la incorporación de inmigrantes al mercado laboral, evitando los procedimientos actuales que en muchos casos son «lentos e inadecuados», lo que genera periodos prolongados de irregularidad y se convierte en un caldo de cultivo para la economía sumergida.
Para facilitar la incorporación al mercado de trabajo de las personas que están en España, se actualizan las figuras de arraigo laboral, social y familiar, así como la reagrupación familiar. Además, se crea el «arraigo para la formación», que permitirá a inmigrantes que lleven dos años en España y quieran formarse en profesiones «particularmente deficitarias» que puedan hacerlo, generando una «pasarela» hacia el mercado de trabajo. Contarán con una autorización provisional de un año, prorrogable a otro, para realizar una formación reglada para el empleo y después podrán solicitar autorización de residencia y trabajo por dos años si presentan un contrato.
Asimismo, mejora la normativa para favorecer la permanencia de los estudiantes extranjeros en España: se les permitirá compaginar la formación con el trabajo siempre que no se superen las 30 horas semanales y se eliminan las restricciones que tienen ahora para incorporarse al mercado laboral tras acabar los estudios.