El segundo Premio Donostia de la 70ª edición del Festival de San Sebastián fue entregado ayer al cineasta canadiense David Cronenberg. El artista recibió el galardón de manos de Gaspar Noé.
“En algún momento de mi vida pensé que recibir un premio a toda la carrera era un mensaje para que dejara de hacer películas, que era un modo de decirme: ‘Basta, para ya’. Pero con el tiempo he entendido, sobre todo con un premio como este, en un festival con tanta historia y que se entrega en una ciudad tan bella, que no es así. Recibo este premio como un estímulo para seguir haciendo películas”, manifestó Cronenberg.
“A menudo he pensado que el arte es un crimen, en el sentido de que es subversivo con respecto a la norma y aborda aspectos de nuestra naturaleza humana que son difíciles, violentos, subversivos, inestables. En cierto sentido, el arte presta un servicio a la civilización al dar un modo de expresión a estas cosas que son necesarias para que podamos entender, para seguir teniendo una sociedad civil en la tierra, y creo que incluso ahora, más que nunca, es necesario el crimen del arte dados los acontecimientos que han sucedido en los últimos años. Por eso, yo diría que… ¡Viva el cine criminal”, proclamó.
Cuando en 2020 Viggo Mortensen recibió el Premio Donostia y presentó Falling, Cronenberg, que interpretaba un papel en aquella película, le felicitó a través de un vídeo que se proyectó en la gala. Ayer, Mortensen le devolvió el saludo y las felicitaciones en otro vídeo. Posteriormente se proyectó Crimes of the Future (Crímenes del futuro), la nueva película de Cronenberg que compitió en el último Festival de Cannes.