Un vecino de Atotxa Erreka, cansado de que algunos conductores circulen por la carretera a velocidades superiores a los 30 kilómetros por hora permitidos, ha decidido instalar un radar falso con el apoyo de varios residentes cercanos.
La instalación, que cosiste en una caja con color verde fosforito y la señal de 30, ya ha sido denunciada. La Guardia Municipal ha solicitado su retirada, pero el creador se ha negado alegando que se encuentra en un recinto privado y pretende mantenerla hasta que el Ayuntamiento le proporcione una solución.