La denuncia de un ciudadano realizada el pasado 9 de noviembre llevó a la Policía Nacional y la Inspección de Trabajo a realizar una inspección en sendos establecimientos de la capital guipuzcoana, hallando en uno de ellos a doce trabajadores en situación irregular y sin contrato de trabajo y en el otro a nueve trabajadores más en las mismas condiciones que los anteriores.
Los dos restaurantes eran regentados por el mismo empresario y la contabilidad estaba a cargo deun gestor que tenía pleno conocimiento de lo que ocurría y por un tercero que hacía labores como encargado en uno de los restaurantes. Además, este encargado atraía a los trabajadores con suculentas ofertas laborales y cuando llegaban a San Sebastián, el dueño les prometía que, si trabajaban para él, les facilitaría la documentación para legalizar su situación y les daría de alta en la Seguridad Social, ocupándose el encargado de calmar las quejas recordando a las víctimas su condición de trabajadores irregulares y el favor que les estaban haciendo dándoles empleo.
Así, les obligaban a trabajar doce horas diarias, de lunes a domingo, pagándoles 1068 euros mensuales. Además, a partir del verano pasado, les obligaban a firmar contratos de formación cada mes si querían ser regularizados y les aleccionaban para que dieran otra filiación si la inspección de trabajo u otra persona preguntaba por ellos.
Por todo ello, la Policía Nacional ha detenido a las tres personas por explotar laboralmente a estos 21 trabajadores y defraudar más de 80 000 euros a la Seguridad Social. Asimismo, se activó el Protocolo Marco de Protección de Víctimas de explotación, informándoles de los derechos que les asisten, entre los que se encuentra la posibilidad de ser derivados a recursos asistenciales y de alojamiento dependientes de las Comunidades Autónomas.