La presión fiscal, es decir, el porcentaje de los ingresos que recauda el Estado de todos los contribuyentes en forma de impuestos en relación con el Producto Interior Bruto, ha subido de un 43,8 % registrado en 2021 a un 46,1 % según las últimas estimaciones.
Hay que tener en cuenta que en los últimos cuatro años el PIB ha crecido un 6,4 %, pero la carga impositiva lo ha hecho en un 28,5 %, mucho más.