A pesar de haber logrado un beneficio de 2.785 millones hasta septiembre, Repsol ha avisado al Gobierno de que mantener el impuesto a las energéticas condicionará sus inversiones en el país.
La petrolera afirma que dicho gravamen, “que se ideó como temporal y extraordinario, castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país”, mientras “favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España”.