La cántabra Irene Arce Gutiérrez estudió biotecnología en UPV/EHU en Leioa. En los últimos años de carrera, las asignaturas estaban relacionadas con la industria alimentaria y, por ello estudió el Máster de Seguridad Alimentaria en el CESIF (Centro de Estudios Superiores de la Industria Farmacéutica) en Madrid. A partir de ahí comenzó sus prácticas en el área I+D+i de una fábrica de yogures donde estuvo durante dos años. Posteriormente trabajo casi 3 años en Sediasa, una empresa perteneciente al Grupo Fuertes, realizando productos cárnicos y, allí realizó su primera línea de productos cárnicos veganos para Carrefour. Tras esas experiencias profesionales, llegó a Isauki.
¿Cómo nació Isauki?
Milos, el fundador, tenía una empresa de compraventa de pescado congelado anterior a Isauki. Además, él no come carne desde hace 5 o 6 años, pero para el pescado no tenía mucha alternativa. A eso le sumamos que en el mundo del pescado cada vez hay menos pesca y menos producto, y que también nos estamos cargando los mares. Así que de ahí surgió la idea de crear su propia marca de marisco y pescado plant-based.
¿A qué os dedicáis?
En Isauki desarrollamos “alternativas del mar”, es decir, de marisco y pescado, veganas, en base a diferentes vegetales y extractos de macro y microalgas.
¿Qué objetivos os marcasteis al comienzo? ¿Se están cumpliendo?
Isauki nació queriendo ser una marca propia reconocida a nivel público y tener una gama de productos relacionados con el mar: todos intentando incluir ingredientes de origen marino, como las algas, para intentar que tengan una correlación con el mar.
Hemos conseguido el objetivo principal de este año: terminar los desarrollos e industrializar las recetas para poder fabricar a gran escala. Hace un par de semanas lanzamos los tres productos a la venta en varias tiendas veganas de Euskadi. Nuestro objetivo comercial ahora es llegar a todas las tiendas a nivel estatal.
¿Cuáles son vuestros objetivos a futuro?
Crear una marca líder del sector ‘plant-based seafood’ a nivel estatal y ojalá internacional. El reto de 2024 es levantar una ronda de financiación para poder crecer en equipo, salir al mercado exterior y lanzar nuevos productos
¿Veis una concienciación respecto a la alimentación ‘cruelty free’?
Yo creo que sí, poco a poco. Hay gente que, por concienciación, pensando en el bienestar animal, pero también hay mucha gente que por salud prefiere elegir este tipo de alternativas.
¿Cuándo y por qué os unisteis al BIC?
Vinimos en julio de 2023 porque necesitábamos un espacio en el que poder desarrollar nuestra actividad, y hablando con más gente que ha trabajado aquí vimos que es un sitio que ayuda a la startup, ya que no exige mucho económicamente, además de tener instalaciones que están muy bien y ofrecer asesoramiento con ayudas y formación.