El División de Honor protagonizó de nuevo una jornada llena de emociones intensas, en este caso frente al Urola K.E., en un partido que quedará grabado en la memoria de los asistentes puesto que se vio un partido verdaderamente vibrante. El encuentro comenzó con un gol tempranero por parte del Urola K.E. a los 17 minutos de juego tras un despiste de la zaga celeste. Jarro de agua fría para las antiguotarras, que vieron como en casa se adelantaba de nuevo el rival como pasó las dos últimas veces. Primera parte plana donde el bloque medio-bajo de las urolatarras dificultó y mucho a las nuestras, por lo que llegábamos con esa desventaja a las casetas.
No obstante, y una vez más, el equipo dirigido por Endika Morales no bajó los brazos y demostró una admirable determinación a lo largo del segundo tiempo para confiar y creer en la remontada. Fue así como, tras unos grandes minutos y una incansable búsqueda del gol con una circulación de balón mucho más alta que en primer acto, lograron igualar el marcador en el minuto 61 gracias a un tanto de Sara Gómez, quien definió centro de Carla desde el sector derecho. Con el reloj avanzando inexorablemente, el equipo continuó presionando en busca de la victoria, con una asfixiante presión tras perdida que imposibilitaba cualquier transición rival. Y fue en los momentos finales del partido, en el minuto 89, cuando Sara volvió a brillar con un golazo de vaselina, que desató la euforia en las gradas y aseguró los tres puntos para su equipo.
Esta victoria tiene mucho valor, ya que con este resultado el equipo certificó matemáticamente su billete para los playoffs, un logro impresionante que llega a falta de cinco jornadas para el final de la temporada. Pero más allá de este hito, el equipo se mantiene en lo más alto de la tabla, liderando momentáneamente la clasificación y acariciando el sueño del ascenso directo. En definitiva, el partido contra el Urola K.E. fue una prueba de la capacidad del equipo para sobreponerse a la adversidad y sumar tres puntos que tienen un valor incalculable. «Seguimos remando y seguimos soñando, porque el poder de la perseverancia de este grupo no tiene límites».