Comprar una vivienda en la capital guipuzcoana es cada vez más complicado debido a que el precio medio por metro cuadrado supera ya los 6.483 euros. Ante esta situación, han profilerado los pisos diminutos con dudosas condiciones de habitabilidad.
La última oferta, que ha generado gran polémica en redes, es un piso de 34 m² situado en la calle Arrasate en el que para ir al baño o la cocina hay que salir al rellano. El anuncio publicado en Idealista lo explica así: «la distribución está formada por 2 zonas separadas entre sí, a las que se accede desde la escalera común y no pueden unirse, tienen otra propiedad en medio». El precio de esta peculiar vivienda es de 200.000 euros.