La primera fase de la cimentación de la pasarela ‘All Iron’, consistente en la instalación de pilotes de entre 30 y 35 metros de longitud sobre el lecho de la ría, avanza según lo previsto y finalizará en los primeros meses del próximo año. Una vez concluida esta fase, se procederá a alzar sobre estos soportes las pilas que sustentarán posteriormente el tablero de la estructura metálica de este puente móvil y todos sus elementos de acabado. Estos trabajos, que se complementarán con la urbanización de las zonas anejas a esta infraestructura, concluirán en 2026.
Para la instalación de estos pilotes, que comenzó en el mes de junio, se están empleando medios marítimos singulares, que no son de empleo habitual, incluyendo una pontona (una embarcación con cuatro ‘patas’ que se apoyan en el lecho fluvial) y embarcaciones sobre las que se sitúan otros elementos, como grúas, pilotadoras o bombas de impulsión, así como otros elementos auxiliares para el traslado de materiales. Los pilotes sobresalen sobre la lámina de agua para permitir su ejecución y hormigonado y, posteriormente, se les recortará la parte superior para colocar sobre ellos los encepados, unos elementos que los unirán y sobre los que se alzarán las pilas que finalmente soportarán el tablero de la estructura metálica del puente y los acabados del mismo.
Características técnicas de la pasarela
Esta pasarela, de más de 400 metros de longitud, es un proyecto de colaboración entre las ingenierías SBP. CALTER, FULCRUM y el reconocido diseñador de infraestructuras Mike Schlaich. Tiene un diseño curvo para una integración natural en el paisaje y tendrá una anchura de seis metros, de los cuales tres se destinarán al uso peatonal y otros tres al ciclista, estando ambas franjas segregadas entre sí. Además, integrará mobiliario urbano y contará con iluminación.
Sosteniendo el puente habrá unas pilas ancladas al lecho rocoso distribuidas en dos tramos fijos y dos móviles. Los vanos tendrán una luz (distancia entre pilas) de aproximadamente 30 metros, excepto en el vano central, que acota el canal de navegación y tendrá una luz de 60,20 metros, y sus dos vanos contiguos, con una luz de 20 metros.
Los dos tramos móviles se abrirán girando en el sentido de las agujas del reloj, de modo que en el tramo más cercano a Barakaldo el vano central quedará orientado aguas arriba y en el de Erandio, aguas abajo.
El canal navegable bajo el puente tendrá una anchura de 50 metros y la inmensa mayoría de barcos que navegan por la Ría pasarán con el puente cerrado, ya que el diseño presenta un gálibo libre bajo tablero de 6,5 metros en pleamar. Para las naves de mayor tamaño, se prevé la apertura dos veces por semana, según las necesidades del tráfico fluvial.
Los materiales seleccionados para la construcción (diferentes tipos de acero y hormigón armado) no sólo responden a exigencias mecánicas, sino que también reflejan la innovación y el compromiso con la durabilidad. Además, se han realizado mejoras significativas en las cimentaciones y pilas del puente, reforzándolas para soportar diversos esfuerzos.
Esta pasarela entre Erandio y Barakaldo, con una inversión proyectada de más de 25 millones de euros, no sólo facilitará el acceso para peatones y ciclistas entre ambas márgenes de la ría, sino que también está destinada a convertirse en un nuevo icono de innovación y sostenibilidad.