El Departamento de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio ha comenzado a actuar sobre la fachada de la Universidad de Oñati, una de las joyas arquitectónicas del Renacimiento en Euskadi pero que desde hace un tiempo presentaba señales manifiestas de deterioro. En estos momentos, se ha realizado un levantamiento ortofotográfico de la fachada principal y las cuatro fachadas del claustro, incluyendo relieves, laterales de torres o contrafuertes, hornacinas y figuras. Estos trabajos forman parte de la elaboración de una propuesta técnica de restauración donde se defina con precisión y detalle la intervención a realizar en este edificio histórico.
La diputada Azahara Domínguez ha visitado este martes los trabajos que se están llevando a cabo junto a la alcaldesa de Oñati, Izaro Elorza, a quien ha explicado el proceso que se va a llevar a cabo en los próximos meses.
Según ha señalado, “El trabajo a realizar en este momento consiste en tomar muestras para la caracterización de deterioros presentes y se seleccionarán las zonas para la realización de pruebas de intervención. Se realizarán las siguientes pruebas que luego se verificarán con el laboratorio”. Una vez concluido el estudio de las muestras obtenidas, se realizará una memoria valorada donde se definirán las técnicas y productos a emplear en base a los resultados obtenidos. Esta memoria, además, servirá para el proyecto de rehabilitación integral del edificio de la universidad.
Estos trabajos se llevarán a cabo por la empresa Petra, una firma especializada en este tipo de labores y que colabora con asiduidad con el Departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa.
“Conscientes del enorme valor histórico-artístico que el edificio de la Universidad de Oñati tiene para nuestro territorio, desde el Departamento de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio hemos hecho numerosas actuaciones de mantenimiento para su preservación. Pese a ello, diversos factores han hecho que el edificio esté deteriorado y hace que tengamos que actuar en él. Estas actuaciones que estamos llevando a cabo nos permitirán definir de forma precisa y detallada la intervención que deberemos llevar a cabo en la fachada”, ha destacado la diputada Azahara Domínguez.
Por su parte, la alcaldesa de Oñati, Izaro Elorza ha señalado que “estos últimos años el Ayuntamiento de Oñati está inmerso en proyectos que pretenden acercar la Universidad a las y los oñatiarras, así como mejorar el aprovechamiento de este espacio. Entre otros, el Ayuntamiento trasladará la oficina de turismo a la propia Universidad y construirá aulas de estudio, con las cuales se reforzarán el propio carácter y los valores del edificio, se dará una respuesta adecuada a varias necesidades de los y las oñatiarras y se ampliará el uso de la Universidad. Es decir, las actuaciones que se impulsarán desde el Ayuntamiento reforzarán la referencialidad de la Universidad en el ámbito formativo; y, además, trasladando la oficina de turismo, se dará un paso significativo en la divulgación de nuestra historia y patrimonio, desde el mismo edificio histórico. Los trabajos que acaban de comenzar contribuyen a este camino».
Edificio histórico con un deterioro progresivo
El edificio de la Universidad de Oñati, que hoy alberga la sede del Instituto Vasco de la Administración Público y del Instituto Internacional de Sociología Jurídica, está considerado como una de las joyas del Renacimiento en Euskadi. Fue mandada a construir en el siglo XVI por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola y uno sus elementos más destacables es su señorial fachada de estilo plateresco. Destaca también el artesonado mudéjar, muy poco habitual en Euskadi, que fue fabricado en Ávila en madera de roble por Gijaba; el claustro típico renacentista, de dos pisos, con sus arcos de medio punto y sus 32 medallones; o el retablo plateresco de la capilla, obra del escultor francés Pierres Picart.
El inmueble está declarado Bien de Interés Cultural con protección especial. Habiendo sido ya declarado monumento histórico-artístico desde 1931. Y, en 1987 el Gobierno vasco lo declara monumento histórico-artístico de carácter nacional
Conscientes del valor artístico del edificio, desde el año 1935 se han realizado un total de seis intervenciones destacables. La última rehabilitación integral del edificio data de 1993 y corrió a cargo del arquitecto Pablo Borde. Sin embargo, en los últimos 20 años y pese a las más de 60 intervenciones de mantenimiento que se han llevado a cabo, la fachada ha sufrido un deterioro progresivo, que derivó en el desprendimiento de varios elementos ornamentales pétreos en el año 2022.