Han aumentado las ventas y la popularidad de estos entretenimientos gracias a interesantes y creativas novedades de la última década.
Recientemente conocíamos la noticia de que una empresa catalana de juegos de mesa, Devir, había adquirido una editorial andaluza para expandir su negocio. Devir, que es la responsable de editar títulos tan conocidos como Catan, Carcassone o Exit, facturó 16,5 millones de euros el pasado año y prevé llegar a los 20 millones en este 2025. Unas cifras que resultan sorprendentes para muchos, que no conocíamos el volumen de un mercado de estas características.
Lo cierto es que podría parecer paradójico que, en la era de lo digital y el entorno online, estos juegos de formato clásico tengan semejante éxito. Pero basta visitar algunas de las principales ciudades para comprobar que existen tiendas especializadas en este tipo de productos y que tienen una importante popularidad, ya sea entre los más aficionados o entre simples curiosos. Por otra parte, hablar de “formato clásico” o tradicional no sería del todo correcto y nos daría una idea poco fidedigna.
Los juegos de mesa actuales se han reinventado en los últimos años. Por supuesto, siguen las ventas de los más paradigmáticos, como Monopoly u otros títulos míticos. Pero ha aparecido una nueva generación de productos muy creativos que aseguran horas de diversión. Virus!, que ha cumplido 10 años hace poco, es un buen ejemplo de ello. Se ha convertido en el juego de mesa español más vendido (más de 3 millones de unidades en todo el mundo) y, hoy en día, incluso ha llegado a acuerdos con Marvel.
La evolución de los juegos de mesa ha tomado diferentes vertientes. Por un lado, vemos como diversos juegos de cartas clásicos han tenido un importante éxito en el entorno online, con usuarios realizando poker combinaciones en formato digital y enfrentándose en grandes torneos de distintas modalidades. Pero, al mismo tiempo, los juegos físicos también se han adaptado a los tiempos actuales, buscando nuevas fórmulas para atraer a un público amplio y más maduro; este es el caso de Catan o Virus!, que triunfan entre grupos de amigos de más de 30 años.
Pero lo cierto es que la gama de productos es mucho más amplia y atrae a consumidores de todos los segmentos de edad. Tal vez por ello, el valor del mercado de los juegos de mesa ya supera los 25.000 millones de dólares y el crecimiento anual podría estar por encima del 10% hasta el final de esta década. Toda una sorpresa en un momento en que el ocio digital parece ser la referencia en lo que respecta a actividades lúdicas.
Y es que estos juegos se han revelado como una opción muy interesante a varios niveles. No sólo es un producto muy apreciado para tener en casa, de cara a una tarde con amigos. Además, se trata de un regalo atractivo y accesible para diversos compromisos, por lo que estos títulos suelen estar disponibles en comercios muy variados, desde las tiendas especializadas hasta las grandes superficies y, por supuesto, en plataformas de venta online.
También se encuentran muy bien valorados por tratarse de un tipo de juegos que fomenta el razonamiento y la sociabilidad. Por otra parte, promueven el uso del lenguaje, desarrollan la creatividad y, evidentemente, representan una forma de diversión muy inclusiva. Lo cierto es que se trata de una costumbre que nunca ha llegado a perderse, pero, a tenor de las cifras y del “boca a boca”, parece que está viviendo una segunda juventud en nuestros días.
¿Durará mucho esta “luna de miel” con los juegos de mesa? Es muy probable que sí, especialmente, si la sinergia con la tecnología crea nuevas posibilidades. La Realidad Aumentada podría revitalizar este formato, como ya hizo con los videojuegos (Pokèmon Go es una gran ejemplo al respecto). También la IA puede aportar productos novedosos y con precios más competitivos (al reducir costes). Y los entornos mixtos (online y presencial), con lo mejor de los dos mundos, tienen un largo recorrido por delante. En definitiva: ¡Larga vida a los juegos de mesa!