Una gran pena el resultado final de los armeros ayer en Las Palmas.
El primer aviso claro del partido fue del argentino Sergio Araujo con un cabezazo al poste en el minuto 8, tras centro de Dani Castellano.
Cuando Jonathan Viera comenzó a tener incidencia en el juego isleño, llegaron la fantasía y las aproximaciones peligrosas. Con ello, el Eibar tuvo que aplicarse al trabajo defensivo, ya sin apenas llegada arriba, y solo Riesgo, o la mala puntería local, evitaron la ventaja local al descanso.
Tras el mismo, el dominio canario tuvo mayor respuesta de los armeros, y como el fútbol está reñido muchas veces con la lógica, y no entiende de porcentajes de posesión de balón, fue Dani Castellano quien salvó el gol del Eibar bajo los palos en un remate de Kike García. Y después hizo lo propio Lizoain en un tiro de Pedro León.
En la portería contraria, Araujo seguía sin tener su noche, sustituido por Livaja, y el tramo final quedó abierto con el cansancio haciendo mella en la precisión de los locales y un Eibar crecido, que vislumbró incluso el botín de los tres puntos con un cabezazo fuera de Gonzalo Escalante.
Cuando más atascado estaba el equipo amarillo, tras un balón sin control, un presunto derribo de Lejeune a Roque Mesa fue sancionado como penalti, que convirtió Jonathan Viera en el cuarto y último minuto que concedió el árbitro como prolongación.