La campaña de la Diputación Foral de Gipuzkoa “Abrazos de carne y hueso” está siendo un éxito, desde el pasado mes de octubre en que se puso en marcha abrazosdecarneyhueso.eus se han recibido más de 100 llamadas interesadas en el acogimiento familiar, 65 personas han acudido a las charlas informativas y 26 de ellas ya han iniciado los trámites para acoger en sus domicilios de modo solidario a alguno de los 60 niños y niñas necesitados de protección y que ahora mismo viven en centros tutelados de la Diputación.
Según ha recordado la Diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, ya hay más de 360 niñas y niños y adolescentes viviendo en familias de acogida en Gipuzkoa, y si bien la campaña ha funcionado “muy bien” a través de los medios y redes sociales, “todavía nos hacen falta más familias, también de las de urgencia”.
Ha añadido que el rescate de la recién nacida hallada en un contenedor de Donostia, el pasado 22 de noviembre, ha provocado que el número de llamadas “haya aumentado”. “Afortunadamente la encontraron viva, y después todos los mecanismos de coordinación que pusimos en marcha funcionaron. Hoy en día, la pequeña Ane vive con una familia de acogida, y va a tener un buen futuro”.
La diputada ha explicado que a nuestro alrededor hay niños, niñas y adolescentes que “no están disfrutando” de una infancia normal. “Los niños y niñas en esa situación son más de los que imaginamos, y han sufrido más de lo que deberían: cambios drásticos, soledad, miedo, y mucha incertidumbre. Son niños, niñas y adolescentes que por diferentes motivos no pueden vivir con sus familias. Y todos sabemos que la infancia es un tesoro que tenemos que preservar”.
Ahora mismo, de un total de 313 menores en centros tutelados de la Diputación, hay 60 niños, niñas y adolescentes orientados en disposición de salir en cuanto encuentren familias de acogida siempre y cuando sean consideradas adecuadas. Peña ha explicado que si bien esos menores que viven en los centros están “perfectamente atendidos” por los profesionales que “se vuelcan” cada día en su atención, “es imposible reemplazar el calor de un hogar”. “Porque cuando tienes 3, 8 o 13 años el único lugar en el que deberías vivir es en una casa. Con una familia. Ser un niño normal. Una niña más”, ha añadido.