El ‘héroe del monopatín’, el español Ignacio Echeverría, no murió intentado socorrer a una mujer en el Puente de Londres, el pasado 3 de junio. Fue apuñado por la espalda cuando se unió a los agentes de policía que se estaban enfrentando a los terroristas para ayudarles a detener el ataque.
Así lo han declarado a Efe sus familiares, que explican que ellos mismos idearon la historia que contaron en un principio porque desconociendo su paredero, temían las represalias que los autores del atentado o sus cómplices pudieran tomar contra él.
«Nos preocupaba que los yihadistas fueran a buscarlo a su casa o al trabajo, en el caso de que estuviera vivo», han explicado. El hermano de la víctima Joaquín Echeverría ha explicado a la agencia que su familia decidió cambiar la historia cuando aún no conocía el estado de Ignacio y estaban preocupados por «futuras venganzas» hacía él.
Según Joaquín Echeverría, los amigos de Ignacio les contaron lo sucedido en la mañana siguiente al atentado y mientras le buscaban por los hospitales de Londres. «Ellos vieron a lo lejos que los terroristas estaban acuchillando a una mujer, cuando les adelantó un policía con porra que cayó fulminado en el momento».
Al mismo tiempo que el agente iba hacia los terroristas, Ignacio Echeverría se bajó de la bicicleta en la que circulaba para auxiliar al policía. «Pensamos que Ignacio vio al agente correr y fue ayudar al policía para detener a los tres terroristas y que no siguieran atacando», ha explicado Joaquín Echeverría. «Exactamente no estaba socorriendo a la mujer -ha aclarado-, pero sí que estaba intentando detener el ataque».
«Sabemos que paró a los terroristas el tiempo que duró para mantenerlos a raya. Unos 40 segundos estuvo luchando con ellos esperando a que llegaran más policías», ha conclu