Ayer lunes por la tarde la Ertzaintza sellaba, mediante una voladura controlada, el acceso a la cueva de la torca de Arañaga, en Galdames, donde el pasado 2 de junio, fallecía José Antonio Gambino, espeleólogo de 37 años y vecino de Santrutzi.
La inestabilidad de la cueva que ya impidió en su momento el rescate del cadáver del José Antonio, amenazaba con provocar nuevas tragedias por lo que se ha decidido dejar sellada la entrada ante la imposibilidad de adoptar otras medidas para evitar nuevos accidentes.
La operación comenzó pasadas las cuatro de la tarde siendo efectuada por miembros de la Unidad de Desactivación de Explosivos con el apoyo de la Unidad de Vigilancia y Rescate. Previamente la zona fue acordonada y asegurada por dotaciones de la Comisaría de Balmaseda.
La acción ha sido autorizada por la Diputación Foral de Bizkaia y permitida por la Fiscalía de Medio Ambiente y el Juzgado de Instrucción que lleva el caso. También la familia del espeleólogo fallecido fue consultada antes de tomar la decisión sobre el aseguramiento de la cueva.